Desde el gran apagón eléctrico de 1992, Colombia ha estado bajo la constante amenaza de sufrir nuevos cortes. Para prevenir esa posibilidad, los distintos gobiernos han emprendido una extensa serie de reformas que, al cabo de un cuarto de siglo, han revelado ser ineficaces. Todos los analistas coinciden en que tenemos un sector eléctrico anacrónico, disfuncional, poco transparente y costoso. Sin embargo, a la hora de proponer correctivos, la mayoría son partidarios de seguir aplicando medidas de corto alcance para reformar los arcaísmos del sistema.
Libro urgente y necesario, ‘Ocaso de un paradigma. Hacia un nuevo modelo eléctrico’, constituye también un novedoso punto de referencia para otros países de América Latina enfrentados a problemas similares. Este libro fue lanzado por el Fondo de Cultura Económica en coedición con la Universidad Jorge Tadeo Lozano.
Los autores Isaac Dyner y Carlos Jaime Franco plantean algo de mayor envergadura. Sus objetivos apuntan a no solo cambiar por completo el modelo de generación eléctrica en el país, sino a encontrar formas eficaces de evitar la falta de transparencia y la no inclusividad de este vital servicio público.
Las propuestas se hacen en distintos frentes: infraestructura, políticas de acceso y aspectos sociales, expectativas de crecimiento y composición del sector, siempre con el propósito de garantizar precios competitivos, seguridad en el suministro, ingreso de nuevas tecnologías y, sobre todo, descarte de apagones como los producidos en los años noventa.
Franco es ingeniero civil, magíster en Administración de Recursos Hídricos y doctor en Ingeniería de Sistemas Energéticos de la Universidad Nacional de Colombia. Por su parte, Dyner tiene estudios de matemáticas en pregrado, dos maestrías en estadística e investigación operacional y un doctorado en Ciencias de la Decisión de la Universidad de Londres. Ha trabajado como investigador, asesor y consultor de numerosas empresas públicas y privadas, dentro y fuera del país, principalmente en el sector energético.
En el campo académico, Dyner cuenta con más de 200 publicaciones repartidas entre memorias de seminarios, libros, capítulos de libros y revistas indexadas. Es parte del Consejo Nacional de Investigación en Ciencias Básicas y del Consejo Nacional de Energía. Actualmente se desempeña como decano de la Facultad de Ciencias Naturales e Ingeniería de la Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano.
La Revista Negocios & Petróleo conversó con el profesor Isaac Dyner sobre la importancia de este libro.
RN&P: ¿Quiénes son los autores que intervienen en esta obra?
Isaac Dyner: Lo editamos entre el profesor Carlos y yo, pero hay una serie de autores dentro del libro. Soy coautor de dos capítulos y Carlos es coautor de uno de esos dos. Los demás son cuatro capítulos en coautorías. Somos en total siete autores. Tenemos una mezcla importante: uno es el contralor delegado para energía y gas, otro fue un exregulador, otro es Diego Gómez que es un consultor, un empresario, y una académica haciendo su doctorado.
“Estamos en dificultades. Si el sistema sigue siendo predominado principalmente por hidroenergía estamos expuestos a un apagón, como casi sucede en 2016”
RN&P: ¿De qué se trata ‘Ocaso de un paradigma’?
ID: La primera parte es sobre la evolución institucional alrededor de la energía eléctrica, cómo se han transformado las reglas, las organizaciones que lo rigen y demás, y las leyes y reglamentos a través estos 120 años, es decir, desde que se instauró la energía eléctrica en Colombia.
La segunda parte del libro muestra principalmente desde que se creó el mercado eléctrico con las leyes 142 y 143 entre 1993 y 1994 y muestra cuál ha sido el efecto de esa transformación que se tuvo en el sector eléctrico muy grande, porque antes era principalmente un monopolio provisto por lo que era ISA en ese momento, que lo administraba, lo regía y demás.
Aquí empieza la competencia en generación y comercialización y lo que se plantea en ese capítulo es: cuáles son las bondades y cuáles son los problemas que ha tenido y se miden un poco. Se mira cómo en cobertura se mejoró, cómo en subsidios en cierta medida se vinieron abajo, cómo las empresas se volvieron más sostenibles, pero también muestran otros indicadores no tan buenos: los precios de la electricidad, la falta de innovación porque hay un oligopolio en toda la cadena de suministro y lo que planteamos al final es que, dado el ordenamiento de los renovables, ya el asunto no es ajustar si no mirar otras opciones y que el actual esquema debe revisarse porque es ineficiente.
En la última parte hay una serie de capítulos que muestran distintos aspectos: uno es el cargo por confiabilidad y muestra qué problemas ha tenido y cómo podría revisarse. El otro capítulo es sobre la política pública y su efecto, el tercero es un poco cómo todos los sectores industriales se han venido afectando por no tener un mercado muy competitivo y concluimos básicamente diciendo que esto ya merece ser revisado, esto ya tiene bastantes problemas, dado las nuevas tecnologías que se están dando. Hay que pensar en un nuevo modelo.
RN&P: ¿Por qué se asegura que Colombia está bajo amenaza de otro apagón?
ID: Desde el punto de vista de la tecnocracia de este país, en 2016 tuvimos un apagón. La recomendación era ahorrar un 5%, hubo una intervención en el sistema y salió el Presidente de la República a decir que en vez de hacer recortes del 5% se iba a llamar al consumidor. Dicho eso, estamos en dificultades. Si el sistema sigue siendo predominado principalmente por hidroenergía estamos expuestos a este asunto y eventualmente vamos a estar gastando mucho dinero en ese sector y en térmicos para mantener un sistema que podría ser suministrado de manera diferente.
Esa es la crisis que se examinó. Ahora, frente al tema de Hidroituango ya el problema se agrava. Es una cosa nueva, una cosa que sorprende, que no está programada. Lo que sí estaba programado era el ingreso de la hidroeléctrica por parte de la Unidad de Planeamiento Minero Energético, por la Comisión de Regulación en Energía, por el Ministerio y ya no está. íbamos a tener alrededor de una giga o algo más a partir de este año y otra giga a partir de 2022. De la noche a la mañana ya no contamos con eso. Estamos con una amenaza muy fuerte.
“Colombia es un país muy pobre en consumo de electricidad. El per cápita es del más bajo en Latinoamérica, eso quiere decir que no hay desarrollo industrial”
RN&P: ¿Cuáles son esas reformas que han parecido ineficaces?
ID: En general el esquema actual está funcionando de manera muy ineficaz porque no hay suficiente competencia y porque el sistema está incrementando la capacidad que se ha venido agregando en los últimos diez años por el cargo por confiabilidad en su gran mayoría. No hay un esquema de mercado como se supone de libre competencia sobre el cual los inversionistas inviertan a riesgo.
Así el gran componente hídrico del sistema hace que funcione de una manera muy ineficiente a costos no bajos. Los consumidores, los colombianos no tenemos costos bajos de electricidad ni en el sector residencial, industrial ni comercial y por eso hace que Colombia sea un país muy pobre en consumo de electricidad. El per cápita de consumo es del más bajo en Latinoamérica, eso quiere decir que no hay desarrollo industrial.
RN&P: Recientemente se han abierto plantas de energía solar y eólica, ¿eso no contribuye a apoyar el sistema energético hídrico?
ID: Colombia ha sido de los países más lentos en Latinoamérica en ingresar al mundo de las tecnologías renovables y de manera no comprensible, porque somos un país muy rico en energías renovables no convencionales, mucho más rico que en hidroenergía, que tiene sus limitaciones. Se ha dicho que nuestro potencial hidroeléctrico es altísimo y puede serlo, pero eso también tiene un costo muy grande en términos sociales, ambientales y demás.
Este ingreso de las energías no convencionales es parte de un balance que debe haber entre todas las fuentes de tecnologías que existen. Particularmente lo que se está haciendo ahora con estos proyectos es el comienzo tras la ley 1715, que lleva 4 años desde que se expidió y ahora se le están dando los últimos retoques para que se pueda poner en funcionamiento pleno como debería ser y que lleve a que el país entre en esta nueva tendencia mundial de las energías renovables, no solo por tendencia sino porque son las fuentes más baratas.
Colombia tiene la oportunidad de proveer electricidad de manera competitiva. El parque eólico de Jepírachi de La Guajira es un proyecto que lleva 17 años. Cuando se hizo fue una cosa novedosa y bien interesante y el país comenzó a figurar en el mapa de los países que tienen renovables. Pero eso fue lo único que se hizo hasta ahora que vuelve a retomarse. Es una enemistad incomprensible que la ha llevado a que no avance tan rápidamente en competitividad.
“El nuevo gobernante tiene un problema muy complicado: reemplazar esas 2,4 gigas que iba a proporcionar Hidroituango de manera inmediata. La única forma como lo puede hacer es a través de energías renovables”
RN&P: ¿Qué debe hacer el próximo gobierno en el sector energético?
ID: El asunto es Hidroituango y el nuevo gobernante tiene un problema muy complicado: reemplazar esas 2,4 gigas de manera inmediata. La única forma como lo puede hacer es a través de energías renovables y llamando a los consumidores a ser conscientes a que ellos mismos empiecen a invertir y a generar mucha más participación en la oferta y la demanda de la electricidad.
Aparece una situación inesperada muy desafortunada por todo el problema social que se ha generado, pero también es una oportunidad para empezar a incursionar en estas energías para hacerlas complementarias. Tenemos casi 70% de hidroenergía, 30% entre carbón y gas y ahora en los próximos 10 años tenemos una meta importante, que el 20% o más sea energía de renovables, y así vamos a tener un sector muy balanceado.